
Plazas oficiales pocas y ralas haciendo añorar la dirección artística de Rata Corner, cada vez más saraos alternativos cada vez más sabrosos, junto a una oferta complementaria como tercera componente, configuran una oferta musical y lúdica que se enfrentará a la incógnita clásica de la revetla: ¿saldrá Palma a la calle a descubrir música?
El percal con la revetla de este año es que no hay cabezas de cartel a cargo del tirón mayoritario (se sobreentiende que nacionales y/o internacionales), dada la muy limitada dimensión de figuras forasteres como Ana Guerra o Marlon. A muchísimos años de populismo chusco (salteado de algunos hitos, claro) les sucedieron, sorpresivamente, un par de años de populismo glorioso. Es decir, con calidad musical, con gancho tanto generalista como erudito. Se echa de menos muchísimo el criterio de direcciones artísticas contrastadas, como la de la librería y promotora Rata Corner en los últimos años. La evidencia es tajante, no recurrible por sencilla: jamás considerarían artistas renombrados de calibre a M-Clan o Nacha Pop. Es evidencia, no elucubración ni animadversión: Cort se ha puesto a programar la revetla tarde, muy tarde, y mal, muy mal. Incógnita pues: ¿saldrá Palma a recorrer plazas y saraos?
El percal con la revetla de este año es que sí hay cabezas de cartel: las figuras locales que integran el grueso de las cuatro plazas oficiales merecen indiscutiblemente tirón mayoritario. Otra cosa es que Palma se entere, a menudo la ciudad con medio millón de habitantes menos moderna, actual, coherente del mundo. La música de nombres autóctonos como L.A., Xanguito, Maria Hein, Marc Seguí o Negre hace entender la actualidad, porque explica cómo es Mallorca y cómo es el mundo. Además, por medio de directos potentes, valerosos, importantes. Incógnita pues: ¿saldrá la ciudad con menos curiosidad vital por habitante a llenar plazas y saraos?
El percal con la revetla de este año es que hay cabezas de cartel por todos lados. La iniciativa alternativa e histórica de Sant Kanut (treinta años ya) ha generado en las últimas revetles una inusitada multiplicación de propuestas musicales locales, ergo con calidad y merecedora de tirón. Genéricamente agrupadas como Ses Sant Kanuteres, las plazas pecan algo de endogamia gregaria, pero vamos a llamarlo coherencia estilística porque es indudable que en conjunto ofrecen saraote como debe ser: prácticamente inabarcable.
El guasoneo electrónico moderno y freshco de Fukushima & Teipa será valorado por la mayoría de esta ciudad, con suerte, en el siglo XXIII. Esperemos que para entonces aún sigan en activo talentos como el Southnormal o Fonki. También en clave de bits, la buenas zurras del colectivo Totem y la organizada por el Sindicat d’Habitatge ofrecerán acelerón con pauta y método, también necesaria diversidad (spoiler para postimberbes: no es mejor cuanto más rápido, eso solo pasa en atletismo). En la primera, popes y diosis como Rastafairy o Musgo One; en la segunda, deidades y divinidades como Bocabeats, Miss Loopita o Amoniako.
Para el tropikalismo versátil y sabio, tanto orgánico como electrónico, el cartelón de A Peu de Carrer. Qué gusto tiene quien programe a La Curandera o Combo Bulla. Más: vaya joyacas programa Sus Cultura. Xisk y Plan-ET. Nada más que decir. Clausurando el capítulo oficialmente alternativo, la sabiduría y también vigencia de La Barraca y Calee Arias.
El percal con la revetla de este 2025 es que cada año hay más nuevos candidatos a cabezas de cartel. La programación que no es ni oficial ni alternativa, pero sí solvente y chichosa, surte de certezas en personalidad porque complementa, aporta y enriquece. Desde el Bar Flexas, siempre distinguida y honorablemente petarda, hasta la insólita propuesta Sonder, que propone un engorile integral techno rave de doce horas en Es Gremi.
Más: la prioridad, además de por la pura fiesta, por la beligerancia pro LGTBIQ+, igualitaria y paritaria de SANT SEBASTIÀQ+ / La Santa Punxada. Id, beligerad y gosad aunque os caiga una denuncia atávica. Más: bailoteo multigeneracional con el enciclopédico DJ Aparicio en la Revetlla Màrtirs Residents de MÉS/Esquerra Unida/Sumar. Más: las ejemplares, modélicas, categóricas PD Burbaia y Padjesa en Revolta Llongueta. Más: sí a todo lo que sea en La Viniloteca o La Bicicleta Roja. Y para cerrar, menos: no hay jazz ni tampoco guitarras altas. Los santos y las santas lloran, me consta. Dicho de otro modo: casi de arcada.
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Periodista de Cultura desde 1997. Lo último, 18 años en Diario de Mallorca (también como diseñador editorial). Antes recuerda haber pululado por Cadena Ser/Radio Mallorca, IB3 TV/Ràdio, Mondo Sonoro Balears, Youthing o Radioaktivitat, más diversas promotoras, productoras, agencias de comunicación, centros de creación y gestión cultural, etc. Ingresos extra como DJ y liante.
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